Es en 1994 cuando un técnico cerámico con amplia experiencia decide volcar sus inquietudes en un nuevo proyecto. En este momento, las líneas de producción de Baldocer se activan y empiezan a producir, contando desde el primer día con un equipo admirable y unos clientes fieles.

Tan sólo unos años más tarde, tras multiplicar la producción, Baldocer se expande a instalaciones en diferentes puntos de la provincia de Castellón. Su crecimiento no se detiene, avanza con estrategias claras acudiendo a todos los mercados (más de 130 países), con nuevas líneas de producción, nuevos formatos, nuevas pastas. La mejor calidad al mejor precio y con el último diseño y tecnología.

Hoy, las instalaciones de Baldocer cuentan con más de 400.000 m² de suelo industrial, lo cual nos consolida como una de las principales firmas del sector cerámico castellonense. Baldocer no sólo es la historia de un hombre, sino la de todo un equipo formado por unos trabajadores excepcionales, unos clientes leales y unos proveedores excelentes.